una garza le pidió a don rinoceronte le diera un beso
¡ que desfachatez !
mas que por cariño, mas bien por admiración a su intrepidez, el rinoceronte se lo dio, pero hubo para ello, conseguir una rama de árbol para que la garza subiera y alcanzara su bocota
pasada la pasión y la propia confusión, la garza le pidió otro
- ya te di uno, ¡ eso ha sido todo por hoy !-, dijo el rinoceronte
- ! si me hubieras dicho, no habría cargado este inmenso madero por dos horas ! -, contestó la garza
desde entonces, las aves vuelan para no cargar escalera y a veces a los animales se les ve, con enamorados encima de su cadera
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