en el cruce dos caminos, en la selva se puso un espejo del tamaño de un elefante y todos los animales se detenían a mirarse
- ¡ uy !que bella y agraciada soy -, dijo la lora
- para que se viera mejor, ya quisiera regalarle un pedazo de mi belleza -, le contestó el elefante
- gracias, pero no me parece el tamaño de su oreja sea tan elegante -, contestó la lora
- se equivoca doña lora, cuando trabajaba en el circo, en muchos lugares del mundo, oía a las personas adultas y por cierto muy serias, decir : “¡ hijo, mira qué elefante tan bonito !”-, dijo el paquidermo
- ¿ eso decían sus padres, pero qué decían los niños sobre tu belleza, a la hora de opinar ? -, preguntó la lora
- yo no oía lo que decían, solo escuchaba su corazón vibrar -, contestó el elefante
- ¡ uy !que bella y agraciada soy -, dijo la lora
- para que se viera mejor, ya quisiera regalarle un pedazo de mi belleza -, le contestó el elefante
- gracias, pero no me parece el tamaño de su oreja sea tan elegante -, contestó la lora
- se equivoca doña lora, cuando trabajaba en el circo, en muchos lugares del mundo, oía a las personas adultas y por cierto muy serias, decir : “¡ hijo, mira qué elefante tan bonito !”-, dijo el paquidermo
- ¿ eso decían sus padres, pero qué decían los niños sobre tu belleza, a la hora de opinar ? -, preguntó la lora
- yo no oía lo que decían, solo escuchaba su corazón vibrar -, contestó el elefante
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